- Creo que en un mundo con tantas incertidumbres,
los abogados somos más necesarios que nunca. - Creo que los hombres y las mujeres adultos hemos
decidido dirigir nuestras propias vidas. - Creo que la experiencia jurídica está cargada
de emocionalidad. - Creo que mis clientes me buscan en momentos
de crisis y de cambios vitales. - Creo que mi trabajo como abogado está transitando hacia figuras
del acompañamiento y la facilitación. - Creo que debo evitar que mis propias creencias puedan obstaculizar
las decisiones libres de mis clientes. - Creo que mis clientes son personas, y las entiendo en su totalidad, complejidad
y contexto, no como “partes”, “acusados” y/o “recurrentes”. - Creo que el consejo jurídico se extiende a la elección del formato
más adecuado: negociación, mediación, derecho colaborativo, arbitraje, juicio… - Creo que con el derecho colaborativo y las demás herramientas
del derecho consciente aporto mucho valor a mis clientes.
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